Para quien tiene tanto miedo, tanta incertidumbre,
tanta felicidad, tanta certidumbre.
El calendario llega a su fin, por fin.
El miedo no me paraliza y la vida hay que tomársela como viene, porque siempre viene, más o menos torcida, pero viene. Mañana, quien dice mañana dice en siete días, dormiré en mi cama (¿dónde he dormido hasta ahora? se preguntarán los más curiosos).
Y en el futuro, asumo que en los recovecos de mi cuerpo, como dicen por ahí esos poetrastos tristones, puede aparecer un amanecer triste... pero eso es futurología (ciencia inexacta como pocas).
Como en en el anuncio FLEX, hoy me siento surrealísticamente feliz.
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