Ahora que ya me había pasado el terror doméstico, llevo todo el día, en Sofia, oyendo una voz de mujer que no deja de pronunciar mi nombre constantemente, suavemente como si no quisiera asustarme. Cuando me giro, nada ni nadie parece percibir esa voz.
Empiezo a preocuparme... los fantasmas de mi casa se han metamorfoseado en voz de mujer y se pasean libremente por Sofia.
Empiezo a preocuparme... los fantasmas de mi casa se han metamorfoseado en voz de mujer y se pasean libremente por Sofia.
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