domingo, 29 de noviembre de 2009

Posibilidades de un enamoramiento


En Sofia (Bulgaria), noviembre de 2009.

Siempre he dicho que Sofia es una ciudad que no me atraía, ni siquiera su fealdad me parecía fotografiable... Casi siempre que iba era por cuestiones meramente prácticas. Sin embargo, hoy, ha cambiado mi percepción de la ciudad.

Las razones se me escapan... Sofia sigue siendo la misma ciudad de siempre pero quizás mi mirada haya cambiado o quizás sea la independencia de la soledad que me permite perderme entre mis pensamientos y las calles, buscando lo bello o quizás sea que hoy la luz del sol filtrada a duras a penas por la niebla le daba ese rasgo que hasta hoy no había sabido encontrar o quizás me haya ya acostumbrado a la indiferencia de la capital o quizás sea el largo retiro en una ciudad de provincias en la que cuando el sol se esconde tras los bloques desaparecen sus débiles pulsaciones...

En la próxima huida hacia Sofía comprobaré si sólo ha sido un amor pasajero, momentáneo o por el contrario, puede ser el incio de algo.

Negocios

En Sofia (Bulgaria), noviembre de 2009.

Las nieblas del Ivan Vasov

En Sofia (Bulgaria), noviembre de 2009.

Lugares perfectos para un café: el comedor del colegio

En Dupnitsa (Bulgaria), noviembre de 2009.

El comedor escolar del Instituto Sv. Paisii Jilendarski es un buen lugar para tomar un café de máquina, justo en el momento antes de que los gritos de los alumnos retumben por todo el colegio.

sábado, 21 de noviembre de 2009

De la estética y los bloques

En Blagoevgrad (Bulgaria), noviembre de 2009.

Para / contra mi padre, después una discusión sobre estética.
Unos bloques en medio de la niebla

Hay quien, con la guía en mano, no se perdería la Sagrada Familia en Barcelona, el Monasterio de Rila en Bulgaria, la Torre Eiffel en París..., porque estos monumentos son considerados bellezas arquitectónicas en sí mismas... Yo, cada vez que veo una fábrica medio abandonada, unos altos bloques de edificios,...., desvío la ruta para dirigirme hacia ahí, hacia un espectáculo estético que debería estar a la misma altura que los grandes monumentos que aparecen en cualquier guía de viaje.

La belleza está en todas partes.

Oda a las grandes superfícies








En Blagoevgrad (Bulgaria), noviembre de 2009.

[Advertencias a posibles lectores españoles o aquellos que viven en grandes ciudades: para los que vivimos en pequeñas ciudades de provincias en Bulgaria, el espectáculo de un gran supermercado no deja de ser una explosión de colores]

Desde que vivo en Dupnitsa, de eso ya hace más de dos años, el hecho cotidiano de la compra se ha convertido en una regresión al pasado, un pasado ni siquiera vivido: a aquella España de nuestros padres o abuelos, llenas de pequeñas tiendas, de colmados, que en la mayoría de casos tenías que pedir o preguntar sobre alguno de los productos.

Por eso, como buen provinciano en el que me he convertido, cuando entro en una gran superficie parece que un espectáculo de colores estalla en mi cara.

Ahora, sentado en el parking del Kaufland, escribo estas notas, pensando que cuando estaba dentro del supermercado, buscando por los laberínticos pasillos repletos de productos un lata de mejillones (que no he encontrado), de repente, como un fogonazo, he visto que los colores invadían mis retinas... ha sido un extraño placer cromático.

Amarillos, azules, verdes, negros, rojos y demás colores, en sus diferentes tonalidades, armonizaban en una perfecta combinación, como cualquier cuadro pop art.

[Segunda advertencia: A pesar de esta oda a las grandes superficies y para alivio de quien me conozca, esta alabanza no significa que me haya convertido en consumista-capitalista, ya que apenas he gastado, al cambio, unos 15 euros (eso sí, en productos occidentales decadentes que no puedo encontrar en mi ciudad)]

viernes, 20 de noviembre de 2009

El Corte Inglés


En Dupnitsa (Bulgaria), noviembre de 2009.
Después de dos años y tres meses viviendo en Dupnitsa, ya era hora de este pequeño homenaje al centro comercial de Dupnitsa, un Corte Inglés que parece no haberse enterado de que el capitalismo entró en Bulgaria.

La espera (en el mercado)


En Samokov (Bulgaria), noviembre de 2009.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Forget your past







Entre Kazanlak y Shipka (Bulgaria), noviembre de 2009.

¿Debemos olvidar el pasado?

Según los adolescentes búlgaros, sí. Para ellos, cualquier tiempo pasado no fue mejor. Según los nostalgicos, que no entienden la democracia capitalista en la que se han visto imbuidos, cualquier pasado fue mejor (si exceptuamos, lo que ellos llaman, el yugo turco).

Si me preguntais a mi, yo me pongo al lado de los nostalgicos... será que ya tengo una edad y tampoco entiendo este mundo.

No olvidemos el pasado.

Para nostálgicos



Entre Kalzanak y Shipka (Bulgaria), noviembre de 2009.
Construido en 1891, cuando se sentaron las bases del socialismo en Bulgaria, un impresionante museo de lo que fue la historia del socialismo en Bulgaria, ahora el monumento y el socialismo en plena decadencia (a pesar de los nostálgicos).
Un monumento para la memoria... como si una fuerza superior lo hubiera dejado ahí, en lo más alto de la montaña para recordarnos algo.

Punto de retorno


Entre Kazanlak y Shipka (Bulgaria), noviembre de 2009.
Justo en este punto, el día anterior di la vuelta con el coche. La nieve y la niebla/nube (no lo tengo del todo claro) me hicieron desistir en seguir subiendo... Desde este punto no vislumbraba el monumento.
A pesar de los veinte kilomentros de ida / de vuelta / y de nuevo de ida... la espera valió la pena.

Lugares perfectos para un café: bares de ciudades de provincia


En Kazanlak (Bulgaria), noviembre de 2009.

7.30 de la mañana. Edno cafe c mliako...
Imaginar una conversacion entre los dos hombres sentados en la mesa de al lado.

7.40. Oshte edno.
Una breve conversación, después de sacar la cámara fotográfica. La típica conversación... pero que a esas horas se agradece un poco de calor humano después de otra noche solo.

De vuelta a casa

En Kazanlak (Bulgaria), noviembre 2009.

Pasaba por aquí (y VIII)

En Kazanlak (Bulgaria), noviembre 2009.

Cualquier que haga fotografías maldeciría a la persona que pasase delante de la foto... tiene el encuadre a punto, el dedo en el disparador y en ese mismo instante pasa alguien que parece descuadrar toda la foto.

Sin embargo yo, que todavía no me atrevo a hacer fotos a gente, agradezco inmensamente esas interrupciones, e incluso muchas veces provoco esas casualidades.

La metamorfosis de un Lada



En Kazanlak (Bulgaria), noviembre de 2009.

Hacía tiempo que no fotografiaba un Lada... quizás ya me he acostumbrado a ellos.
Pero ante la inmensidad de los bloques grises este Lada amarillo otoño iluminó el atardecer también grisáceo, .

¿Cuando llegue el invierno se metarmofoserá en un Lada blanco ardiente y en primavera en un verde rabioso?

Habrá que comprobarlo.

sábado, 14 de noviembre de 2009

La vi y me acordé de N.


Para N, que tanto le gusta fotografiar los campos de baloncesto y futbol

En Kazalnak (Bulgaria), noviembre de 2009

Kino Bulgaria



En Kazanlak, noviembre de 2009

Plaza principal (o zona de paso)

En Kazanlak, noviembre de 2009.

Zona de juegos



En Kazanlak, noviembre de 2009.

Hotel Kazanlak



En Kazanlak, noviembre de 2009

Lugares perfectos para un café: bares de carretera

En un lugar indeterminado entre Plovdiv y Kazanlak (Bulgaria), noviembre de 2009.
Como si fuese un oasis en medio del desierto, las cafeterías de carretera son el lugar perfecto para un café, un pensamiento y seguir ruta.

Parqueing



En Plovdiv (Bulgaria), en noviembre de 2009.

Los mercados


En Plovdiv (Bulgaria), en noviembre de 2009.

No sé por qué me gustan tanto los mercados... yo que casi no como frutas ni verduras. Andar por los puestos, como en un laberinto, de día o de noche, sin un camino determinado.