por tus labios inmortales que aún perfuman la bombilla,
la colcha aún guarda la ternura de tus formas,
inolvidable clavada por siempre en mi piel,
un tibio cabello en la almohada tan sólo me dejaste,
donde, vida, brillarán tus ojos de noche en flor,
la lluvia reza en los vidrios su milonga triste,
y la lámpara castiga iluminando tu ausencia.
Julio Huasi ("el punto" de su libro Bandolor)
De un libro comprado en Sofia, en una librería de segunda mano, donde los libros están colocados como si fuesen una columna dorica, una columna (*) de libros clásicos en español (desde Azorin hasta sólo la primera parte del Quijote).
(*) Lo de la columna no es ninguna metáfora, era una columna que se elevaba del suelo hasta un metro y medio del mismo, una extraña forma de colocar los libros, sobre todo si quieres el que está en la parte más baja)
(*) Lo de la columna no es ninguna metáfora, era una columna que se elevaba del suelo hasta un metro y medio del mismo, una extraña forma de colocar los libros, sobre todo si quieres el que está en la parte más baja)
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