martes, 28 de junio de 2011
lunes, 27 de junio de 2011
Abriendo y cerrando puertas
Una gran ventana que me abre al mundo. Una casa en la que he pasado miedo, terror, alegrías y tristezas, mucho frio y algo de calor, con una plaga de cucarachas, lavadoras (a cual más vieja) que charlaban tranquilamente con la nevera, y mucho silencio, mucho.
Una gran ventana abierta a Bulgaria, en esta ciudad de provincias, inicio de muchas carreteras, agujeradas, con destinos tan diversos como el norte, el sur, el este y el oeste… Un país, mil ciudades.
Una gran ventana desde la que casi oigo el colegio, el ronroneo somnoliento de las siete y media de la mañana, el griterío de las diez y cinco, el cansancio de las dos de la tarde.
Una gran ventana en la que se oye búlgaro pero también español (mea culpa, también), en mayor o menor medida, con el trinar de los coches desaparcando, la voz de los vendedores incansables del mercado, y silencio, mucho silencio.
Dejo de mirar para dar el siguiente paso y el siguiente hacia la puerta en la que me esperan, alegre, en este final de junio, desde aquel noviembre lejano. Al tercer paso oigo voces. Desando lo andado para ver los rostros tristes, incluso llorosos de algunos, con la sempiterna sonrisa de otros, los más lejanos hablando sin yo poder oírlos, los movimientos exagerados de los de siempre, incluso, aquellos que no me soportan, se les ve algo extraño en los ojos. Una sonrisa de uno de ellos me hace continuar
- Gracias –les (os) digo.
Debo continuar, me esperan detrás de la puerta. Mientras ando los pocos metros que me separan de la puerta se oyen, en hilo musical del pasillo, estas dos canciones, a la vez, mezclándose ritmos y voces, en un caos organizado de tristeza.
domingo, 26 de junio de 2011
Hipertensión
sábado, 25 de junio de 2011
Sobre los buenos días
miércoles, 22 de junio de 2011
Frankestein
martes, 21 de junio de 2011
Sobre los lugares para vivir
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Creo que será un buen sitio para vivir [Cyntia a George en la última frase de la película]
(Jonathan Teplitzky, Better than Sex)
lunes, 20 de junio de 2011
Siete días
tanta felicidad, tanta certidumbre.
domingo, 19 de junio de 2011
Yo también oigo a los hombrecillos
viernes, 17 de junio de 2011
Memoria pixelada (elegía)
Últimamente
donde pierde mi corazón una garúa muy tuya.
Julio Huasi ("la gotera" de su libro Bandolor)
jueves, 16 de junio de 2011
Cuando repetimos buenas noches varias veces al día
Buenas noches, una vez más, en este dieciséis de junio de 2011.
lunes, 13 de junio de 2011
De camas y camas
domingo, 12 de junio de 2011
Una ventana, ninguna, cien mil... (y III)
Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a una mujer madura, arrugada ya, pobre, perpetuamente enfrascada en su tarea y que nunca sale. Con su rostro, con su atuendo, con sus gestos, con apenas nada, he reconstruido la historia de esta mujer, o quizá fuera mejor decir su leyenda, y de vez en cuando, entre lágrimas, me la recito a mí mismo.
De haber sido un pobre anciano, habría reconstruido la suya con la misma naturalidad.
Y me acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros.
Y tal vez me digan: "¿Cómo sabes que esa leyenda es la verdadera?". ¡Qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy!
Charles Baudelaire, Spleen de París.
sábado, 11 de junio de 2011
Empezamos las despedidas
viernes, 10 de junio de 2011
Metamorfosis fantasmagórica
Empiezo a preocuparme... los fantasmas de mi casa se han metamorfoseado en voz de mujer y se pasean libremente por Sofia.
Otro poema, otra coincidencia
por tus labios inmortales que aún perfuman la bombilla,
la colcha aún guarda la ternura de tus formas,
inolvidable clavada por siempre en mi piel,
un tibio cabello en la almohada tan sólo me dejaste,
donde, vida, brillarán tus ojos de noche en flor,
la lluvia reza en los vidrios su milonga triste,
y la lámpara castiga iluminando tu ausencia.
Julio Huasi ("el punto" de su libro Bandolor)
(*) Lo de la columna no es ninguna metáfora, era una columna que se elevaba del suelo hasta un metro y medio del mismo, una extraña forma de colocar los libros, sobre todo si quieres el que está en la parte más baja)
jueves, 9 de junio de 2011
Escena nocturna
Luces de los bloques que descubren a los insomones del barrio (aunque desde las otras ventanas, me podrian incluir).
Ladridos apagados por el maullido de un gato en celo que rondará toda la noche a su gata, alrededor del mercado de la ciudad, removiendo las entrañas de los amantes separados.
Luego el silencio de los propios ronquidos que me acunan hasta el próximo amanecer.
miércoles, 8 de junio de 2011
¿Coincidencias?
¿Coincidencias?
Sucede que el terror no sea quizás una postura únicamente estética.
A pesar de ello, hace días que Raid Max Anti-cucarachas funciona, que no cortan el agua de mi casa, que la luz no parpadea, que llueve en dirección contraria a mis ventanas, que los objetos vuelven a una calma habitual, que las obligaciones se imponen a la cama y que las paredes de mi casa parecen dormidas.
¿Coincidencias?
sábado, 4 de junio de 2011
El incrédulo que empezó a creer en el miedo
Sófocles
Nunca, hasta ese día, había creído en el género de terror en sus múltiples representaciones (películas, literatura,...). Pensaba que era sólo la necesidad estética de los creadores para recrear un sentimiento irracional como es el miedo.
Sin embargo, desde que le dijo a las paredes que abandonaba la casa en la que hasta ese día había vivido por una mujer que residía en otra ciudad, toda la vivienda pareció rebelarse contra él: un plaga de cucarachas (muy bíblico) invadía la cocina, el agua se cortaba intermitentemente, la luz iba y venía a su antojo, la lluvia del exterior se colaba entre las rendijas de sus ventanas, los objetos (muertos hasta entonces) resucitaban y se suicidaban cayéndose de sus manos, la cama lo abrazaba, lo sujetaba, con tal fuerza que le impedía levantarse, las paredes crujían de dolor...
Y él, asustado, sólo contaba los días que faltaban para irse, temiendo que el edificio se derrumbase y lo dejase enterrado para siempre.