El otro día tuve un sueño.
Bajaba por las escaleras mecánicas del metro de Barcelona con los profesores de Secciones Bilingües, cuando por la escalera que subía hacia la salida, el señor Aznar se cruzó con nosotros.
-Mira, el gran hijo puta –le suelto yo a uno de los profesores, con los que en realidad casi nunca he hablado.
Lo siguiente que recuerdo es subiendo con Aznar en la misma escalera hacia la salida y yo, voz en grito, diciéndole:
-Atrévete, atrévete a sacarme la tarjeta, atrévete a sacarme la tarjeta roja (como si nos encontrásemos en un partido de futbol).
Aznar se encontraba dudoso, con una mano en el bolsillo sin atreverse a sacarme la tarjeta roja de expulsión, pero de repente, saca una cartulina roja y con la mano levantada me la planta en la cara.
-Tú no eres nadie para expulsarme del metro, tú no eres nadie –le grito indignado.
Una vez arriba, Aznar desaparece y al cabo de pocos segundo aparece con el guardia de seguridad del metro, quien me coge del brazo.
-Quiero ver a su superior –me quejo…
Acto seguido me desperté.
[Se admiten interpretaciones psicoanalíticas del sueño]
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