Vivo en una cansancio extremo. Las dificultades del pasar, del ir viviendo me hastían. No quiero problemas.
Sin embargo, una mezcla de culpa (fruto de la tradición judeocristiana) y una responsabilidad ética (no sé si bien entendida) no me permiten escabullirme de la vida,, hibernar hasta que el frío de los problemas hayan amanecido y pueda disfrutar del sol, yo que siempre fui una persona de invierno.
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