sábado, 14 de mayo de 2011

Deshogarizar




En Dupnitsa (Bulgaría), 13 de mayo de 2011

Un silencio abrupto, de acantilado. Unas sabanas que huelen a humo, a piedra, a recién lavadas. Una luz en la mesita de noche más parecida al foco interrogador de cualquier comisaria de policía que a una simple lamparilla de lectura. Un libro de Jorge Volpi retumbando en mis oídos, como un eco afónico pero constante.

Deshogarizando, una vez más. Preparando el enésimo éxodo.

Los adioses nunca fueron una buena forma de despedida. Y esta casa se impone, como en un cuento de terror. Insiste en atraparme entre sus paredes, desconchadas, imantadas a mi piel.

Me acuesto, advirtiendo en mi epidermis, la perfumada suavidad de un recuerdo de esta tarde tan lejana ya y de un próximo, e incluso lejano, martes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario