En las colinas de las cruces (Lituania). Julio de 2008
Daiva se sentía culpable. No lo podía remediar, andando entre tanta cruz e insinuando un pecho a través de su camisa blanca. De repente, la cara de Cristo ante ella, una de las muchas que sobresalía de las Colinas de las cruces, la miraba con deseo y concupiscencia. Creyó oír un susurro: “Magdalena, acércate”. Pero ella, como si fuera un judas cualquiera, siguió su paseo entre las hordas de turistas aquella mañana de julio paseaban distraídamente.
Qué foto!! Es de esas que no te cansas de ver, muy buena!! Natalia, nos echamos a temblar, que viene vitor con su arte!!
ResponderEliminarBesisss